viernes, 1 de julio de 2011

Servicio al cliente...

El Duende, crónica de la decepción.
Miles de tiendas de discos alrededor del mundo cierran sus puertas debido, en gran parte, a las pésimas decisiones tomadas por las disqueras en la última década (en respuesta a la piratería y al libre movimiento de música en Internet) y a las recientes crisis económicas mundiales. ¡En Guatemala no existe una sóla tienda de discos decente! La más cercana actualmente es El Duende. Tienda que nos ha acompañado durante muchos años en nuestras aventuras y desventuras musicales. Tienda que se ha ido adaptando a las condiciones del mercado local disminuyendo considerablemente el tamaño de sus tiendas, reubicándolas, ofreciendo productos computacionales, libros de fácil digestión, discos a precios exorbitantes, videojuegos y contratando a personal poco calificado en el conocimiento de sus propios productos (por no decir que no saben ni un pelo de música, la mayoría) e incapaces de resolver problemas básicos de servicio al cliente. Hace unas semanas compré un disco allí. Fue un viernes. Uno de los empleados me dijo si te interesa a partir de mañana tendremos ofertas. ¡Hasta 9 discos por Q 250.00! Ver para creer pensé. Al día siguiente regreso y me entero que el Sale iniciaría hasta el martes o miércoles. El miércoles me dijeron que no sabían cuando empezaría. El lunes siguiente pasé al que era mi Duende favorito: el de Peri Roosevelt -Mi amigo Mike me informó que las ofertas habían iniciado-. Ahí me entretuve un rato viendo todos los discos que tenían rebajados a Q 59.00. La verdad no había nada que valiera remotamente la pena. Algunos discos como el doble en vivo de R.E.M. estaban a Q 118.00 (OJO: Eran Q 59.00 por disco). Lo que no saben en El Duende es que por menos de Q 118.00 puedo conseguirme el mismo disco en Amazon. Lo único que tengo que hacer es esperarme cuatro días. Luego encuetro un DVD doble de Tom Petty & The Heartbreakers que tenía una eqtiqueta que decía Q 59.00. Cuando llego a la caja el chavo (porque no llegué a considerarlo más que eso) me dijo que como era doble entonces debía pagar Q 118.00. Yo le dije que la etiqueta dice claramente Q 59.00. Él me contestó que seguro se habían equivocado al etiquetarlo. LIBRO DE QUEJAS por favor. Ahuevos no lo compré. Días después pasé por El Duende de Oakland y con ganas de darles una oportunidad más entré a ver. SORPRESA NO. 1 no había nada que valiera remotamente la pena excepto por SORPRESA NO. 2 ¡Oh por Dios, tienen el disco de Temple of the dog a Q 59.00! ¿Dónde está la caja? Puse mis 4 discos sobre ella y pregunto: ¿A cuánto están estos? A Q 59.00 cada uno me dijo el duendero. Me los llevo le contesté. Cuando me los cobra me dice, señalando el disco de Temple of the dog: Mmmm este cuesta Q 175.00, debieron haberse equivocado. ¿Qué p****? ¿Cómo puede un disco de 1991 costar Q175? ¡En Amazon está a USD $8.80! LIBRO DE QUEJAS por favor. Ahuevos no los compré.
Por todo lo que sé el Duende como tienda de discos está destinada a morir. Otra más que se irá al cielo de los artículos de consumo y placer auditivos y que se sentará allá junto a Discos y cosas, CD Warehouse e Insomnia. Q.E.P.D.

Fotografía de un duende real.

Ellos, Robots.
¿Se han dado cuenta de cómo nos hablan los motoristas de las entregas a domicilio cuando llegan a dejarnos nuestra pizza? ¿O cómo nos hablan cuando nos atienden en el autoservicio los cajeros de los restaurantes de comida rápida? Si, yo también lo he pensado. O son robots o les han lavado muy bien el cerebro. Me imagino que con el objeto de mejorar la atención al cliente las cadenas de restaurantes tomaron la decisión de entrenar a sus empleados hasta en su forma de hablarnos a nosotros los clientes. El problema es que se ha perdido algo muy valioso en ello: la interacción humana. ¡Juro que no hay nada que me caiga más mal que ser interrumpido mientras ordeno en el autoservicio! Ejemplo:

- Buenas tardes, bienvenido a McDonald's, ¿En qué le puedo servir?
- Buenas tardes... quisiera un menú no. 1 con coca cola sin hie...
- ¿Lo desea super agrandado?
- No, gracias... normal está bien. Le decía que la coca-cola sin hie...
- ¿Algún pastelito para acompañar?
- No, gracias. Le decía que sin hielo la coca cola por fav...
- Claro, con gusto. Serían Q 35.00 a pagar en la pri...
- ¡Mire! No he terminado. También quiero un McMenú de McNuggets...
- ¿Super agrandado su McMenú de McNuggets?
- No. Normales están bien. Este con seven up sin hiel...
- ¿Algún delicioso pastelito para acompañar? Le recomiendo el de manzana, está muy bueno.

Y así continúa la onda hasta que me dan mi orden con la coca cola y la seven up con tanto hielo que quema las manos.

¡Yes, sir!

PS. La Maga me preguntó el otro día "¿Cuándo vas a reseñar el Ukulele Songs?". ¡Pues ya! Pero antes de decir algo acerca del nuevo disco de Eddie Vedder debo decir que hay cierto conflicto de intereses acá. En parte porque soy tan fan de Eddie que a veces fantaseo con que el día de mi cumpleaños aparecerá en mi fiesta con su ukulele y me cantará el Happy Birthday. En fin... el nuevo disco no es nada nuevo ni del otro mundo. Es un tipo con un ukulele cantando canciones bonitas. 15 canciones completas conforman este disco. La mayoría de ellas no alacanza los tres minutos de duración. ¿Cuánto se le puede sacar a un Ukulele? Aparentemente no mucho. Hay varias canciones que te dan la sensación de "esa ya la escuché antes (en el mismo disco!!!)". Pero fuera de eso es el álbum perfecto para acompañarte mientras descansas en una hamaca, bajo una palmera y con una piña colada en la mano. ¡Claro! Hay canciones tristes pero ninguna como para cambiar tu piña colada por un whiskey barato. Recomiendo que se escuchen el disco Binaural de Pearl Jam del año 2000, donde Eddie interpreta desde ya una canción con un ukulele: Soon forget.

Creo que vi de estos en Amatitlán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario